Motorola escinde su alicaído negocio de celulares
Por Sara Silver
The Wall Street Journal
Motorola Inc. anunció que se dividirá en dos compañías que cotizarán en bolsa, separando así su negocio celular del resto de sus operaciones. Se trata de una medida que había exigido Carl Icahn, uno de sus accionistas más influyentes.
La escisión se produce dos meses después de que Motorola iniciara una revisión estratégica y en un momento en que las acciones de la compañía se encuentran en su nivel más bajo en cinco años. También es una reacción a la presión de Icahn, quien busca estar representado en la junta directiva y que, a principios de marzo, poseía un 6,3% de las acciones del fabricante estadounidense.
La creación de dos negocios independientes, prevista para 2009, resultará en que los accionistas de Motorola reciban acciones de ambas compañías. Una compañía diseñará y fabricará celulares, la otra, cajas decodificadoras para televisión por cable, equipo inalámbrico, radios de seguridad pública y lectores de códigos de barras de mano.
Esta semana, se rompieron las negociaciones con Icahn y el inversionista demandó a Motorola para conseguir acceso a los documentos de la junta directiva para determinar si los directores habían mantenido su responsabilidad fiduciaria con los accionistas. Greg Brown, presidente ejecutivo de Motorola, confirmó que la compañía había ofrecido a Icahn dos puestos en la junta directiva si abandonaba su lucha por el poder de voto.
Icahn respondió que seguiría su batalla por cuatro asientos en la junta directiva, en parte para asegurar que la compañía cumpla sus promesas. “Creo que la escisión debería hacerse de manera más rápida a lo que están diciendo”, dijo Icahn. “No queremos repetir lo que sucedió el año pasado, cuando hicieron muchas promesas que no cumplieron”.
Brown no descartó más escisiones de los negocios de banda ancha y soluciones móviles, que incluye el grupo de red de telecomunicaciones inalámbricas, el cual fue objeto de negociaciones con Nortel Networks Corp. para formar una empresa conjunta. Dichas conversaciones quedaron en punto muerto luego que la acción del fabricante canadiense de equipos empezara a caer en picada, según una fuente cercana. Desde comienzos del año, acumula un declive de alrededor de 57%.
Brown dijo que la escisión de Motorola en dos compañías aumentaría su capacidad para concentrarse en sus otros negocios. “La propiedad intelectual y el liderazgo de categoría que aportan esos negocios son muy importantes y yo creo que eso apoyará y reforzará su capacidad para competir en el futuro”, dijo.
Dos meses después de que Brown sacara a subasta la filial de celulares y despidiera a su jefe, Stu Reed, para asumir el control directo, no hay un plan claro para reestructurar la filial, la cual representó la mitad de los US$37.000 millones de ventas de Motorola el año pasado.
Brown se ha puesto en contacto con varios directivos de telecomunicaciones para que acepten el mando de la filial de inalámbricos. Hasta ahora, sus esfuerzos han sido infructuosos.
Motorola recientemente contrató a la firma de cazatalentos Russell Reynolds Associates Inc. para que buscara a un presidente para su filial de dispositivos móviles tras la escisión. A los miembros del directorio “les gustaría conseguir a alguien tan cercano a la industria como sea posible”, según una fuente al tanto. Pero siendo el único fabricante de celulares en EE.UU., Motorola necesitaría contratar a alguien proveniente de un rival europeo o asiático. Por ejemplo, podría tener problemas para atraer a alguien de Nokia ya que los dos fabricantes compiten intensamente.
El equipo directivo de la filial de celulares atravesó una reestructuración prácticamente completa el año pasado, ya que la función de la alta gerencia ha pasado de ofrecer nuevos productos a hacer recortes profundos. En los meses recientes, las deserciones de la compañía han sido constantes.
El problema de su unidad de telefonía celular sigue siendo el mismo que hace un año, cuando la caída en la popularidad de su teléfono Razr dejó al desnudo la incapacidad de la empresa para elegir las plataformas para chips y software sobre las que estandarizan sus productos. Ese fracaso le ha salido muy caro a Motorola a medida que disminuyen sus envíos de teléfonos. El año pasado, la unidad perdió US$1.200 millones, arrastrando a toda la compañía a números rojos. “La reorganización de Motorola probablemente creará problemas internos que darán oportunidades a sus rivales en sus demás negocios”, anticipa Inder Singh, analista de equipos de telecomunicaciones de Lehman Brothers.
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