Lula y Evo: ¿hermanos o primos?
Por Bruno Ayllon
Infolatam
Madrid – Si existen malos momentos para realizar visitas bilaterales Lula ha escogido, sin duda, el peor de todos y, además, por partida doble.
El mandatario brasileño retrasó cinco días la visita, anunciada para el día 12 de diciembre, aduciendo que las dificultades para aprobar en el Senado la renovación del “impuesto del cheque”, conocido popularmente en Brasil como CPMF (Contribución Provisional sobre los Movimientos Financieros), le obligaban a permanecer en Brasilia para presionar a los senadores en su afán de no perder los cerca de 14.000 millones de euros anuales que el estado brasileño recauda y que destina a programas de salud, seguridad social y lucha contra la pobreza. Las presiones de Lula no han surtido efecto, y 34 senadores oposicionistas y de la teórica base aliada rechazaron la prorroga del impuesto, en una medida que traerá cola y será una arma arrojadiza hasta el final del mandato presidencial en 2010.
A este episodio, se añadió la dimisión esperada – pero no de forma tan precipitada – de uno de los principales aliados políticos de Lula, el presidente del Senado Renan Calheiros (Partido del Movimiento Democrático Brasileño – PMDB), sobre el que siguen pesando las acusaciones de corrupción. El nuevo presidente, Garibaldi Alves (PMDB), llega a la dirección de la Cámara Alta salpicado por denuncias de financiación ilegal en su campaña y por desvío de fondos en su estado de origen, Río Grande do Norte. En el fondo, a Lula le vuelve a fallar la coordinación política de su gobierno que implica una delicada ingeniería de relaciones con una variopinta y corrupta base aliada. Por cierto, relaciones fétidas en muchas ocasiones pues le obligan a entregar cargos y beneficios para los feudos regionales de los caciques políticos a cambio de apoyo para los proyectos del gobierno: la esencia del calamitoso sistema político brasileño.
Las dificultades internas del gobierno de Evo Morales son de sobra conocidas, pero se han visto agudizadas estos días por la rocambolesca Asamblea Constituyente empeñada en devolver al país a las “luces” de la época pre-colombina alejándole de las “sombras” de la modernidad, la democracia de mercado, el progreso y la globalización. También por el riesgo creciente de secesión de los Estados del este boliviano, donde por cierto son muy importantes los intereses y la contribución al crecimiento económico de los cultivadores de soja brasileños.
Las implicaciones del viaje de Lula a Bolivia son varias. Aunque se haya pretendido por parte de la diplomacia del Itamaraty caracterizar la visita como un viaje para tratar de las inversiones de Petrobrás y de las medidas necesarias para evitar el desabastecimiento de gas boliviano en las ciudades brasileñas, además de firmar acuerdos de cooperación en la lucha contra la pobreza, lo que es en parte cierto, no deja de ser significativo que la presencia de Lula en este exacto momento sea un espaldarazo al gobierno de Morales y a sus procedimientos.
El viaje ha sido una decisión personal de Lula, contra viento y marea, y contra la opinión de su ministerio de Exteriores y de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) que recomendaron, dada la posibilidad de que la visita se instrumentalizase políticamente, que soliviantase los ánimos de la oposición y de que se produjesen altercados en un país en pleno conflicto, su aplazamiento hasta que la situación se apaciguase. Lula intenta también recuperar el liderazgo robado por Chávez y contrarrestar la influencia bolivariana en un país donde los intereses mutuos son evidentes: creciente presencia de emigrantes bolivianos en Brasil, peso brasileño en la economía boliviana cercano al 10 % del PIB, preocupación al alza entre los cultivadores de soja brasileños en las provincias del Este por las expropiaciones, y la ya citada necesidad de encontrar salidas al conflicto con Petrobrás. Por cierto, a este respecto cabe recordar que Petrobrás y el gobierno brasileño han comprometido 750 millones de dólares hasta 2011 para invertir en Bolivia y garantizar que no se repitan los episodios de desabastecimiento de gas que afectaron a Río de Janeiro en el mes de octubre y que tuvieron como consecuencia la reanudación de las negociaciones bilaterales interrumpidas desde la expropiación del 1 de mayo de 2006.
Lo verdaderamente increíble de la política exterior del gobierno Lula hacia Bolivia no es el apoyo político que Evo Morales recibe de quién llama con frecuencia de “hermano mayor”. Lo incomprensible es que, pretendiendo Brasil ejercer un liderazgo regional que proclama pero sin asumir sus costes (véase la omisión brasileña en el conflicto argentino-uruguayo por las papeleras, la política de silbar y mirar al cielo en el conflicto colombiano o las reticencias de Lula en aceptar que Chávez es una amenaza para la estabilidad regional y de que en Venezuela existe una erosión del régimen democrático), Lula llegue a La Paz justificando y contemporizando las medidas confiscatorias de Morales (por cierto, lo que viene haciendo desde el decreto de nacionalización), defendiendo el interés nacional…pero no el de Brasil ¡ sino el de Bolivia ¡. Y además pagándolo del bolsillo de los brasileños a los que se aseguró, en mayo de 2006, que las expropiaciones y las quiebras de contratos de Evo Morales no repercutirían en el precio del gas ni en su abastecimiento. Habrá que esperar a los resultados concretos de la visita de Lula a Bolivia. Puede que uno de ellos sea que Lula se convierta definitivamente en primo en vez de hermano de Morales.
- 23 de junio, 2013
- 7 de noviembre, 2012
- 14 de julio, 2023
- 11 de noviembre, 2025
Artículo de blog relacionados
El País.com, Madrid Ya se sabe que si hay tormenta en el canal,...
14 de diciembre, 2010El análisis económico del Derecho (AED) tuvo popularidad en Perú, iniciando en los...
29 de mayo, 2024Por Simon Pachano Infolatam Quito – Con sesiones que fueron calificadas como maratónicas,...
28 de julio, 2008Objetivismo.org (Ensayo publicado en el libro The New Left: The Anti-Industrial Revolution) Parte...
28 de agosto, 2018













